¿Cómo conducir con mal tiempo?

conduccion segura

El otoño ha llegado, y en algunas provincias de España ya se empieza a dejar atrás la manga corta para coger la chaqueta. Así como el ser humano cambia sus prendas de vestir, la conducción debe adecuarse a las variantes atmosféricas que nos presentan las estaciones de otoño, invierno e incluso primavera en muchos puntos de la península.

Anteriormente, ya explicamos algunos consejos básicos para tener una conducción segura y ahora queremos reforzar los conocimientos necesarias para preparar situaciones adversas de meteorología que podemos encontrar por la carretera.

En situaciones en las que el viento sopla excesivamente fuerte, se debe aminorar la velocidad y sujetar con firmeza el volante, especialmente si se realiza un adelantamiento. En estos casos, hay que mantener un elevado número de revoluciones en el coche para que la fuerza del motor ayude a mantener la trayectoria.

La lluvia es otro de los factores más peligrosos, ya que provoca el efecto aquaplaning, deslizamiento y descontrol del coche. Si ocurriese, hay que levantar el pie del acelerador y sujetar con fuerza el volante, pero nunca pisar el freno.

Otra variante meteorológica es la niebla. Por lógica, lo primero que hay que hacer es reducir la velocidad y ampliar la distancia de seguridad, para tener más campo de visión. Hay que recordar activar las luces antiniebla, si se dispone de ellas, y circular fijándose en las líneas de la carretera.

Por último, el hielo y la nieve suelen hacer pasar malos ratos. Para empezar, y es un fallo que se comete habitualmente, al pasar por zonas con hielo no se debe pisar el freno, sino levantar suavemente el pie del acelerador y dirigir el volante hacia la dirección a la que se desvía la parte trasera del coche. La pérdida de control es menor en los coches equipados con sistema antibloqueo de ruedas (ABS).

Por otra parte, para circular por carreteras nevadas es obligatorio el uso de cadenas, y hay que circular, si existen en nuestro recorrido, por las huellas que hayan dejado con anterioridad otros vehículos.  Con las cadenas, el funcionamiento del vehículo puede variar, y por eso se debe evitar frenar y acelerar bruscamente, y no circular a más de 50 kilómetros por hora.

En pendientes, se debe reducir mucho la velocidad utilizando el freno lo menos posible, manteniendo con una marcha corta el coche.

Estos son algunos de los consejos para situaciones meteorológicas adversas, aunque la norma número uno es tener precaución y concentración total en este sentido.