La comunidad cántabra ha suprimido íntegramente el impuesto autonómico sobre los carburantes, conocido como el Céntimo Sanitario, que grava el precio del carburante hasta un máximo de 4,8 céntimos por litro. Entre los motivos alegados para aplicar dicha decisión se encuentra la situación de desventaja competitiva en la que se encontraba respecto a otras Comunidades Autónomas limítrofes en las que no se aplicaba dicho impuesto como en País Vasco, La Rioja, Aragón y Navarra; esta última decidió eliminar este impuesto desde 2014 y comenzó a devolver las cantidades reclamadas por el céntimo sanitario a principios de diciembre.
En cuanto a Castilla y León ha reducido dicho impuesto en casi un 70%, pasando de 4,8 céntimos por litro a 1,6 céntimos.
La Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer) considera positivas ambas decisiones adoptadas respecto a los gravámenes anteriormente existentes sobre los carburantes consumidos en dichas regiones.
Fenadismer ha expresado continuamente su rechazo a la aplicación de este impuesto. Asimismo, explica que el céntimo sanitario crea distorsiones en la competencia a las empresas transportistas, las cuales tratan de evitar la aplicación de este impuesto repostando en estaciones de servicio situadas en las regiones donde no se aplica el mismo.
En las regiones donde existe este recargo autonómico existen consecuencias negativas tanto para las estaciones de servicio de estas zonas como para las propias arcas autonómicas, las cuales dejan de recibir del Estado el 58% del impuesto estatal de hidrocarburos (más de 19 céntimos por litro en el caso del gasóleo) que le corresponde a cada Comunidad en virtud de lo establecido en la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas.
Por todos estos motivos, Fenadismer incita al resto de Comunidades Autónomas, en las que todavía se aplica este recargo en los carburantes, a que sigan el ejemplo de las Comunidades que actualmente no lo aplican.